jueves, 22 de junio de 2006

Retrato de Tailandia


Hace dos años decidimos tomarnos quince días de vacaciones visitando Tailandia, pero quisimos no visitar la capital, porque estábamos seguros de que, viviendo en Singapur, íbamos a tener más oportunidades de viajar a Bangkok. Así que nos fuimos hacia el norte: Shukotai, Chiang Mai, Ayyuthaya... Fue hace dos años y los recuerdos que me han quedado son buenos. El país es bonito y la gente amable. Cuando después visitamos Bangkok descubrimos que los tailandeses no eran tan simpáticos como nosotros recordábamos. En las "guesthouses", en los restaurantes e incluso en las tiendas nos trataban muchas veces con rudeza y un poco de antipatía. Pensamos que igual el hecho de ser la capital y de encontrarse muchos turistas y mochileros les había convertido en gente mas arisca.

Así que en este viaje, cuando por fin cruzamos la frontera con Malasia y nos adentramos en territorio tailandés, íbamos muy ilusionados. Pero nos dimos cuenta de que "el país de la sonrisa" no lo es tal. En las zonas más turísticas nos han tratado con indiferencia y en las que no están tan acostumbrados a ver extranjeros han sido más amables, pero nos ha resultado muy difícil interactuar con ellos, hacerles reír o hacerles sentirse cómodos con nuestra presencia. Quizá hemos sentido esto porque estábamos comparando todo el rato con Malasia.

La verdad es que Tailandia es un país de increíble belleza, con espesas selvas que esconden preciosos tesoros, islas de ensueño, playas paradisíacas dignas de película, comida de fama internacional y gente amable y dispuesta a acoger a los turistas con los brazos abiertos, pero quizás el titulo de "país de la sonrisa" les quede un poco grande o incompleto, mejor seria "país de la media sonrisa".


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