miércoles, 21 de junio de 2006

Adentrándonos en lo desconocido


Mañana nos adentramos en lo desconocido. Desde que hemos cogido el tren que nos llevará a Aranya Prathet, la ciudad fronteriza con Camboya, estoy un poco nervioso. Hasta ahora en el viaje hemos estado en países que ya conocíamos y en los que nos sentíamos cómodos, sabíamos cómo era la gente, cómo tratarlos y cómo nos tratarían, y los típicos truquillos que se aprenden una vez llevas tiempo en un país. Malasia la conocemos bastante bien, ya que desde Singapur sólo hay que cruzar un puente para llegar, y además son países hermanos, por mucho que discutan, o por eso mismo discuten. Tailandia nos es familiar por algún viaje anterior y, como es un país muy desarrollado turísticamente, es fácil desenvolverse. Pero Camboya...
El tren esta vez es algo más incómodo, se parece más a un metro, con asientos de plástico y lleno hasta los topes. El precio también ha sido de billete de metro, así que no nos vamos a quejar.

¡Uf, qué alivio!, casi toda la gente se ha bajado ya. Unas colegialas que van detrás de nosotros se han puesto a practicar su inglés con Susana, y, cuando se han enterado que hablábamos castellano, le han pedido que les traduzca "I love you". También se lo hemos puesto en euskera, aumentando la lista, donde ya tenían francés, italiano, ruso, malayo... Por lo que se ve, este tren lo cogemos muchos extranjeros camino a, o de vuelta de Camboya, aunque hoy estamos sólo nosotros.

Me está costando dormir un poco, serán los nervios. ¿Cómo será Camboya? Dicen que es muy pobre y que las carreteras son horrendas. Hasta hace unos años todavía estaban en guerra en la frontera con Tailandia, por mucho que sólo fueran unos pocos Jemeres Rojos renegados. También dicen que casi no hay viejos, y que ni se nos ocurra salir del camino marcado, que todavía hay muchas minas antipersona sin explotar. Bueno, tampoco será para tanto: amigos nuestros han estado y nos han asegurado que hay gente encantadora y que la comida es buenísima. ¡Ah, eso!, y que no nos dejemos timar en la frontera, que los policías quieren que les sobornes para conseguir el visado más rápido. Bueno, la gente dice muchas cosas. Además están las ruinas de Angkor, ¡qué ganas de verlas con mis propios ojos! También d i c e n q u e zzzzzzzzzz.

No hay comentarios: