viernes, 2 de junio de 2006

Entrada en Tailandia: tren acorazado


Son muchas las fronteras en el mundo que no dividen pueblos, culturas ni etnias, sino estados. La que acabamos de cruzar entre Malasia y Tailandia es una de ellas: a ambos lados de la frontera la gente es la misma, profesa la misma religión, come la misma comida y se siente igual. Pero antiguas invasiones y los repartos coloniales hicieron que algunos de los sultanatos de la península malaya quedaran fuera de lo que más tarde se convertiría en Malasia, y hoy pertenecen a Tailandia. Nosotros nos esforzamos en buscar las diferencias, y todo lo que conseguimos encontrar fue la presencia de los famélicos perros típicos de Tailandia tumbados a la sombra durante el día y deambulando por la noche, algún que otro templo budista, el alfabeto thai en los rótulos y el hecho de que mucha gente no llevaba casco en moto; el resto era exactamente igual.
Bueno, a decir verdad había otra diferencia notable. Como alguno de vosotros habrá oído en las noticias en los últimos años, han surgido varios grupos que reivindican cierta autonomía para esta región del sur de Tailandia, a la que Bangkok no ha sabido reaccionar sabiamente, y ha degenerado en un conflicto que lleva ya varios cientos de muertos. Debido a ello, en el tren tailandés, a diferencia del malayo, había continuamente militares armados, así como en las estaciones de tren. Otro regalo de la cultura del enfrentamiento. Quizás para compensar, la comida del vagón restaurante era particularmente sabrosa.


Many borders in the world divide no people or cultures but states. So happens with the one between Malaysia and Thailand. People at both sides but due to political reasons some sultanates of peninsular Malaysia stayed out of what would become Malaysia and are presently in Thailand. All the differents we could find were stray dogs on the streets, some thai temples here and there, and the fact that people wouldn't wear helmet on motorcycle.
But there is a bigger different. Some political groups in the south of Thailand are asking for more autonomy and the unwise reaction of Bangkok goverment has triggered the conflict that has claimed hundreds of lifes already. That is the reason why Thai trains in the south are patrolled by the military. Another present of beligerant policies. Maybe to aliviate this disconfort, food was particularly tasty on these trains.

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