sábado, 15 de julio de 2006

Tren Saigón- Nha Trang

Los trenes vietnamitas van a tope, no cabía ni un alma en el que nos llevó de Saigón a Nha Trang, y la gente se acomodaba en sillas de plástico por el pasillo, lo que hacia del camino al baño una interminable sucesión de: "excuse me... sorry... sorry... excuse me...". Esa es la mayor diferencia con los demás trenes que hemos cogido hasta ahora, pero no la única.
La más dolorosa es que parece que ya se ha terminado lo de que las puertas de lo vagones se puedan abrir en marcha y disfrutar de la brisa en la cara, mientras ves los matorrales correr a tus pies, una pena. Pero la diferencia más sorprendente es que, como si de un avión se tratase, nos dieron de comer y de cenar en unas bandejitas azules, y, también como en un avión, la comida dejaba mucho que desear.


En un viaje que hicimos hace tiempo en Malasia, alguien decidió practicar puntería tirando piedras a nuestro tren y tuvimos la suerte de recibir la pedrada en nuestra ventana. Podéis leer el relato en nuestro antiguo blog:
http://rofon.blogspot.com/2005/08/pedrada.html
Bueno; debió de aprender aquel divertido truquillo en Vietnam, porque aquí este deporte es tan popular que los trenes tienen de serie unas redes metálicas para proteger a los pasajeros, y así todos podemos divertirnos al oír el metálico ruido de las pedradas. Cuando el diablo no sabe qué hacer...

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