viernes, 13 de octubre de 2006

La DisCo lorada

Toda la noche de juerga. Eso es lo que están haciendo Su y Ja, y lo que les queda todavía. Han estado en garitos pequeños, sucios y destartalados pero con mucho ambiente, y en otros que se están poniendo de moda y han cambiado la decoración y las luces para hacerlos más modernos, y en todos ellos se han encontrado con amigos o han hecho nuevos y se lo han pasado de lo lindo, hasta la música ha sido buena casi todo el tiempo, lenta al principio y más marchosa según avanza la noche, como siempre. Por desgracia, casi todos los sitios cobran entrada, pero dicen ellos que merece la pena.
Ya va siendo hora de replegarse, pero antes de ir a dormir han quedado con unos colegas en la DisCo lorada, un local enorme que les pilla de camino a casa, así que para allí se van nuestros protagonistas a comprar unas entradas. Pero lo que normalmente se reduce a pagar y pasar no es tan fácil en la “lorada”. Y es que antes era un club privado, todo colorado por fuera (aunque dicen que por dentro era de otro color) y había que ser miembro para entrar (también dicen que una vez te abonabas no era tan fácil anular la suscripción). Bueno, el caso es que ahora ya es una discoteca casi como todas las demás, pero ha debido de heredar algunas reglas del antiguo club que era, porque lo ponen realmente difícil para entrar; si no, que se lo digan a Su y Ja. Les han dicho que para comprar una entrada tienes que presentar una invitación de un camarero del local, lo cual no puedes conseguir sin entrar antes; pero para facilitar las cosas hay unos personajes cerca de la taquilla que te consiguen una invitación por un "módico" precio, eso sí, sólo si les compras también unos vales por todos los potes que te vas a tomar dentro.


– ¡QUÉ! –gritan nuestros protagonistas.

– A ver si lo he entendido bien: si no te pago ahora por todos los potes que me vaya a tomar, más la entrada, más la invitación del camarero colega tuyo, no hay forma de que entre.

– Sí... Bueno, eso no es todo: además tenéis que comprarme un condón homologado por la discoteca, a no ser que llevéis uno, homologado, digo.

– ¡CÓMO! –Ante esta situación tan surrealista deciden llamar a algunos amigos y todavía se lo ponen peor. Uno les dice:
– A mi primo de Bilbo, no se si lo conocéis, no le dejaron entrar. Tenía la invitación y todo, pero le dijeron que en la taquilla aquella sólo podían comprar los de Gasteiz.

– ¿Y cómo consiguió la invitación? ¿En Bilbo?

– No, se la pillaron a uno de esos que pululan por la entrada, les consiguió una vía SMS o algo así, que es más rápido –les dice.

– ¿Y no tuvieron que pagarle por lo potes?

– Creo que sí, pero como iban en grupo no les importaba.


– La lorada –dice otro– ¡menuda movida! Un colega del curro quiso entrar, pero como su invitación no estaba escrita en una servilleta del garito, le dijeron que no valía, y encima se quedaron con la pasta que ya había pagado, por las molestias le dijeron.

– ¿Las de quién?

– Eso digo yo.

– Pero si a mí me han dicho que con un SMS vale.

– Pues díselo a mi colega.


Todo esto los deja desorientados, no saben qué hacer, les parece imposible que entrar a una discoteca pueda ser tan aleatorio. Por supuesto que se les pasa por la cabeza dejarla para otra noche, pero por desgracia no pueden hacerlo, porque ya han quedado con gente dentro. Y entonces...


INVITACIONES SIN COMPROMISO

Si quieres una invitación para la DisCo lorada y ser libre de tomarte dentro lo que quieras, manda un SMS a 7-800-discolorada y te la enviaremos a tu móvil.

(coste de la llamada: 25 euros)



Así reza el cartel que hay pegado donde se sientan a llamar por teléfono. Como no tienen ninguna gana de comprar todos los potes de antemano (de hecho no saben lo que van a tomar hasta encontrarse con sus amigos), deciden arriesgar y, para su sorpresa, logran una invitación en sus móviles inmediatamente. Condones ya llevan, así que se van para la taquilla con la sensación de presentarse a un examen sin haber estudiado, a ver qué pasa.
Por suerte hay final feliz. Les sale más caro de lo normal y cuesta más tiempo del necesario, pero consiguen sus entradas. ¡Al fin!


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